Como relleno de tartas, tartaletas y macarons.
Para untar o rellenar galletas muffins, croissants o scones.
Como base de mousses, cremas y helados.
No era un “postre” en sí mismo, sino un untado parecido a la mermelada, pero mucho más cremoso.
En inglés, curd significa literalmente cuajada.
Se usó este término porque la crema se “espesa” cuando las yemas se calientan con el jugo ácido del limón, similar a cómo la leche se cuaja.
Aunque en español solemos decir “crema de limón”, el término curd se mantiene en repostería porque ya está muy asociado a este tipo de preparación.
El curd de limón es una crema inglesa tradicional, surgió en Inglaterra en el siglo XIX, donde se servía como acompañamiento para untar los scones en la hora del té.
Hoy en día se la utiliza en una infinidad de postres como relleno de tartaletas, pies, cupcakes, layer cakes, profiteroles, macarons, croissants; y como base para cremas, mousses y helados.
Esta vez vamos a preparar esta receta en su versión sin azúcar y sin lactosa, sustituyendo el azúcar común por alulosa y la mantequilla por ghee. Va a quedar igual de cremosa, sedosa y brillante; y el sabor, ¡ni se diga! Es todo un espectáculo.
Yo rellené unos deliciosos profiteroles con mi curd de limón sin azúcar y además los decoré con merengue italiano sin azúcar para que se parezca muchísimo a un pie de limón, mi postre cítrico favorito.
Mezcla las yemas, azúcar y ralladura de limón
En un bol bate las yemas con el azúcar hasta obtener una mezcla homogénea y ligeramente pálida.
Vierte la mezcla en una olla de fondo grueso y cocina a fuego bajo-medio
Añade la mantequilla y revolver hasta que se haya integrado por completo y la crema se vea brillante
Cocina a fuego bajo y constante, removiendo sin parar para que no se pegue ni se formen grumos.
La mezcla espesará más al enfriarse.
Se conserva en refrigeración hasta 1 semana.
Utiliza esta receta en tus postres favoritos o para acompañar waffles, pancakes o scones.